Shangai y Hong Kong
1- Son terriblemente
ruidosos. No les da pena gritar en lugares públicos, pelearse o hacer una
escena. Cuando los chinos hablan por teléfono parece que lo están haciendo por medio de
dos vasos conectados por un hilo; no lo saben hacer en voz baja.
2- Los bebés chinos se
portan mejor que los adultos. Son demasiado tranquilos.
3- No te saques de onda si
en el metro te observan. Les gusta ver a los turistas.
4- Por desgracia están
restringidas muchas páginas de Internet en Shangai. No pude abrir Instagram,
Google, Facebook, Youtube ni Gmail. Si quieres buscar algo usa Baidu.com
5- Los empleados de tiendas
de ropa siempre te sugerirán más cosas para probarte. Saben vender. Seguro
sales con más de lo planeado.
6- Nosotros los mexicanos
nos quejamos de los edificios gigantes que están construyendo en la ciudad,
pero no tenemos ni idea del verdadero significado de gigante. En China hay
edificios que su tamaño es inconcebible. Miles de pisos, miles de departamentos.
Una onda muy Matrix. Dan miedo.
7- Muchos restaurantes que
valen la pena no están a simple vista en la calle. Se encuentran escondidos
dentro de edificios. Parece un reto poder llegar. Para dar con un
restaurante podrías recorrer un “laberinto”, subir 20 pisos en un elevador de
carga y pasar tres puertas para dar, finalmente, con él.
8- La gente no acostumbre
tatuase ni tener el pelo de colores. En general vi looks muy tradicionales.
9- Jamás había estado en una
sociedad más fumadora que China. Es impresionante la cantidad de cigarros que
ingieren por día. Además se vale fumar dentro de restaurantes y antros. Es muy
desagradable.
10- Todos los taxis tienen
letreros de “favor de no fumar”, pero dos de cada tres choferes va fumando
dentro del taxi.
11- Yo creo que los chinos
aman las chamarras y los chalecos inflables. De esos horribles que usan los
mirrrreyes en México porque vi a todo el mundo así vestido. Parecían
uniformados.
12- En Hong Kong las mujeres
gastan miles de dólares en moda, pero muy muy pocas tienen un estilo realmente
memorable. En general su gusto es bastante malo. No es como en Japón que todo
el mundo está vestido impresionante. Acá traen una bolsa de cien mil pesos y
parece imitación por todo lo demás que las complementa.
13- Cada vez que pidas un
platillo en china será un volado. Podrían traerte algo delicioso o algo
incomible. Yo, por ejemplo, pedí una sopa de cordero y me trajeron un caldo
apestoso con tripas flotando. Lo más feo que haya visto en mi vida. En general
comí muy mal. Lo mejor son los restaurantes de comida internacional que no
tienen nada chino en su menú.
14- La educación de los
chinos es muy distinta. Ellos ven muy normal meterse en las filas, escupir en
todos lados, hacer mucho ruido, o patear el asiento del avión o tren. Ten
paciencia porque puede resultar muy difícil convivir con estas situaciones.
15- A los chinos no les
gusta tener un iPhone, les gusta tener de a tres o cuatro. Es como una cuestión
de poder de adquisición: “por qué tener uno si puedo tener cinco”. Verás como
miles andan con sus cien teléfonos por la vida. Además, supongo que por esta
situación, la tienda de Mac siempre tiene filas interminables. Parece que
estuvieran regalando algo.
16- Hay tanto dinero en Hong
Kong que en una sola cuadra podrías ver tres tiendas Prada o tres tiendas Louis
Vuitton. A las mujeres chinas les gustan tanto las bolsas de marca que se
forman a las nueve de la mañana para ser las primeras en entrar a elegir sus
bolsas, aunque no sea un día de lanzamiento o de ofertas. Simplemente les gusta
hacerle a la jalada.
17- Caminan muy lento, o
será que los chilangos vivimos con prisa, pero seguro te desesperarás en algún
punto cuando te toque una multitud de chinos adelante y vayas a tres por hora.
18- Están poseídos con las
selfies y con los selfie sticks. Todos y todas.
19- En Shangai casi nadie
habla inglés y quienes lo hablan lo hablan fatal. En Hong Kong muchísima gente
habla inglés.
20- Jamás le digas a un güey
de Hong Kong que es chino. Les caga. Ellos son hongkoneses.
21- Las señoras que ayudan
con el aseo en las casas son filipinas. Acostumbran juntarse el fin de semana
por toda la ciudad para convivir entre ellas. Toman las calles literal y montan
una especie de campamentos con cartones y mantas para hacer su picnic. Parece
que hay una huelga a primera vista, pero son ellas divirtiéndose y haciéndose
pedicure en público. El contraste es loquísimo, podrían montar su campamento
afuera de la tienda de Rolex.
22- Se puede chupar en la
calle. Yeiiii.
23- En la zona de Nathan Road, Tsim Sha Tsui, Kowloon, Hong Kong, está lleno de hindúes
vendiendo drogas, relojes falsos y servicios sexuales. Acosan a los turistas y
son bastante insistentes con sus ofertas indecorosas. Aguas con ellos.
24- Jamás, por ningún motivo, bajo
ninguna circunstancia te hospedes en Chung King Mansion. Es un complejo
espantoso de hoteles de mala muerte dentro de una especie de plaza de la
computación. Yo lloré cuando llegué ahí y me di cuenta de que el hotel que
había pagado estaba ahí. Es una pesadilla y es muy popular en HK.
25- Los billetes en HK son emitidos
por distintos bancos por lo que hay muchos billetes distintos entre sí.
26- Los anuncios del metro no son
como acá: que la feria del calcetín, que el congreso de contadores. En el metro
de china se anuncian las marcas más caras del mundo. Lo mejor de lo mejor.
27- Los remedios chinos son una cosa
muy loca: sirven para 20 cosas al mismo tiempo. La misma medicina podría ser
para los hongos de los pies, como para la gripa y el dolor de estómago.
28- Hay miles de señoras ya ruconas
vestidas loquísimas. Es más, creo que las mejores vestidas son las sesentonas.
Las ves por atrás y piensas: “mira ahí va Lady Gaga”, voltea y una señora como
tu abuelita.
29- Como son tan lampiños, cuando les
sale un pelo, ya sea en un lunar o en un lugar extraño, no lo arrancan. Lo
mantienen ahí por siempre. Hay un amor especial y extraño por cultivar los pelos
feos.
30- En HK hay gimnasio Armani, lo juro. #abidishusha.
31- No hay un solo templo feo, todos
son hermosos e interesantísimos. Eso sí, están llenos de tiendas de
parafernalia. Para ser un lugar sagrado me parece bastante comercial el asunto.
32- Su amor por Buda es intenso y apasionado.
Lo adoran, lo alaban y cumplen con todo lo que su religión les pide. Son
hombres de fe.
33- Los asientos del metro no están
reservados para ancianos, sino para los niños.
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