lunes, 7 de julio de 2014

Tsuguharu Foujita: sutil y poético



Siempre ha sido común que los artistas plásticos utilicen niños como modelos para su arte. Sean sus propios hijos o no, a final de cuentas todos disponen y dejan al descubierto ese lado amoroso y cálido que se necesita para plasmar la inocencia en un retrato infantil.

En mi vista por Japón fui a una exposición en la Mori Art Center Gallery llamada: ‘Children on Canvas: The Bond Between Great Artists and Their Offspring’. Había cerca de 90 retratos de niños hechos por 50 artistas diferentes, entre ellos Henri Rousseau, Pierre-Auguste Renoir, Pablo Picasso y muchos otros. Se realizó un trabajo excelso para compilar los mejores cuadros de los mejores pintores de la historia que tuvieran un niño como protagonista. Todos los retratos eran muy distintos entre ellos y algunos a simple vista gritaban quién era su autor. Pero hubo un artista que llamo de manera especial mi atención. No lo había visto antes. Se llama Tsuguharu Foujita nació en Tokio, aunque más tarde se nacionalizó francés. Murió en el 68 y estuvo casado con Fernande Barrey, una de las primeras modelos del siglo en atreverse a posar desnuda en fotografías. Los cuadros de Foujita tienen un estilo muy peculiar. Me gustaron porque lo sentí la mezcla perfecta entre naif y ese aire misterioso y oscuro que dan los rostros imperfectos y medio deformes.

Por lo que leí, a Foujita lo relacionan mucho a la Escuela de París; aunque a mi gusto tiene un estilo muy personal y bien definido. Además, detrás de cada una de sus obras hay aplicación de técnicas de pintura japonesa a temas y estilos occidentales. Una mezcla de dos mundos que no deja de gritar Francia y Japón al mismo tiempo.

También le percibo rasgos impresionistas y de simbolismo. Me agrada que le de más peso a las líneas que a los volúmenes. Es muy estético. Le gusta simplificar y usar una paleta de colores tenue. Es bastante poético. Conozcan su obra y opinen al respecto.




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