Muy lejos de los materiales duros rígidos y sin espíritu, Wolfgang Laib medita y crea una nueva estructuración de mezclas que dan vida a piezas con cierta vibra natural que irradia algo mucho más allá de los materiales convencionales de construcción, cómo dirían los franceses, un je ne sais quoi muy especial.
Con materiales como miel, polen, leche, mármol, cera y arroz crea espacios de presencia mágica generada por los materiales a los que recurre, productos de gestación natural y de enorme pureza que alcanzan incluso a simbolizar el concepto espiritual de lo puro, y apelan, tanto al entendimiento, cómo a nuestros sentidos, no solamente al visual, sino al táctil y al olfativo.
El proceso creativo de este artista se realiza en los entrecruces donde se encuentran Oriente y Occidente, lo abierto y lo cerrado, lo sólido y lo líquido, lo masculino y lo femenino, el yin con el yang. Sus obras exploran vivencias que resultan ajenas a la cultura occidental y propician una experiencia más profunda al guiar nuestra mirada hacia ámbitos meditativos.
Del 29 de agosto al 22 de noviembre de 2009- MuAC UNAM
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