Comencemos anunciando que
esta exposición pertenece a un grupo revolucionario, crítico y de izquierda que
siempre ha dado de qué hablar por sus fuertes observaciones acerca del gobierno
mexicano. --Palomita, eso nos gusta--.
Su subversiva forma de ver
las cosas se desenvolvió en los años setenta y principios de los ochenta, un
momento en el que quien hablara era callado. Así que se necesitaban agallas
para abrir la boca y gritar ideologías no priistas.
Grupo Proceso Pentágono, es
el colectivo del cual se ha hecho ésta retrospectiva. Las profundas
investigaciones y los experimentos sin límites siempre caracterizaron a esta
bola de no objetualistas que critican profundamente el sistema artístico de
nuestro país: el gobierno es malo, pero es aún peor la burocracia que domina el
mundo del arte contemporáneo en México.
Me gusta que jamás fueron
artistas de la mano de una brocha o de una técnica. Utilizan materiales ajenos
al medio pictórico tradicional. Improvisan. Se dejan llevar. No están ligados a
nada y como un buen artista subversivo no les duele abandonar su obra. Saben
que no les pertenece. Todo es de todos y para todos.
Durante tu recorrido verás
instalaciones, obra gráfica, ambientaciones que reproducen obras de hace
algunos años, trabajo individual y colectivo. Todas las piezas con un sabor no
conformista y con tonos fuertes de denuncia.
¿Quién es este grupo? Hablemos un poco de su
historia: Grupo Proceso Pentágono
fue un colectivo de artistas mexicanos, activo en la Ciudad de México entre
1976 y 1985—con intervenciones esporádicas hasta 1997. Fue pionero del
“movimiento de Los Grupos”—fenómeno surgido a finales de los años setenta que
se caracterizó por una efervescencia de colectivos artísticos con énfasis en la
experimentación y la crítica social. Inicialmente formaron parte del Grupo:
Felipe Ehrenberg, Carlos Fink, José Antonio Hernández Amezcua y Víctor Muñoz a
raíz de la invitación a participar en la X Bienal de Jóvenes de París de 1977.
Posteriormente se unieron al colectivo Carlos Aguirre, Miguel Ehrenberg,
Lourdes Grobet y Rowena Morales. La lista de colaboradores nacionales e
internacionales es amplia y hace patente la creación de una gran red de
artistas experimentales que tuvieron contacto durante esta década marcada por
fuertes procesos de represión y dictaduras.
Esta muestra es lo más nuevo
del museo de arte contemporáneo que más nos gusta. Vayan a verla y comiencen el
año nutriéndose de arte. Involucren a sus hijos en esta dimensión que a largo
plazo sí reditúa.
Hasta el 21 de febrero de 2016.
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