Cuando era una adolescente
en crisis permanente mi artista plástica favorita era, por supuesto, Frida
Kahlo. Tenía tal obsesión por ella que me metí a estudiar un diplomado de Frida
en la UNAM. Luego crecí y se me pasó. La he visto demasiado y siento que ya se
choteo. Ya no la veo como la artista talentosa y dramática de antes, ahora la
siento como un ícono mexicano que está impreso en todos los souvenirs.
Pero como la gran mayoría sigue
con ese furor por Frida, CONACULTA decidió hacer una nueva muestra que compila
las cartas escritas de su puño y letra, más íntimas, entre 1931 y 1950.
El Museo Casa Estudio Diego
Rivera y Frida Kahlo es el recinto que albergará los ecos de estas palabras y
sentimientos en papel. Más que una muestra artística, es un recorrido por la
intimidad del mundo del arte; el reflejo de una época donde el socialismo
utópico, la revolución y la bohemia era el pan de todos los días.
Me gusta que la curaduría
esté hecha por Cristina Kahlo, la sobrina más querida de la artista. Le da un
aire de familiaridad y empatía.
Además de las 25 epístolas,
se exhiben tres estampillas postales (una estadounidense y dos mexicanas) y
alrededor de 80 fotografías de la época de la autoría de Edward Weston, Imogen
Cunningham, Julien Levy, Carl van Vechten, Antonio Kahlo, Nickolas Muray y
Guillermo Kahlo.
Como parte de las
actividades paralelas de la exposición, el 13 de agosto se presentará “la
ópera de toilette contemporánea” Las cartas de Frida, compuesta por Marcela
Rodríguez para nueve instrumentos, una mezzosoprano y tres actores.
Vayan a verla, les va a
gustar.
Museo Casa Estudio Diego
Rivera y Frida Kahlo.
Avenida Altavista, esquina Diego Rivera s/n, colonia San Ángel Inn.
Hasta el 8 de noviembre.
Avenida Altavista, esquina Diego Rivera s/n, colonia San Ángel Inn.
Hasta el 8 de noviembre.
Texto para el periódico MásPorMás. Léanme ahí todos los martes y jueves ;)
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