Bajo la curaduría de Tobias Ostrander se presentan 38 obras realizadas a lo largo de 40 años de trayectoria artística, que van desde 1968 hasta producción reciente de 2008. La muestra pone énfasis particular en la forma en la que la artista se aproxima al tiempo en sus trabajos, mientras que la línea es el hilo conductor visual a lo largo de las salas de exhibición.
Por nada dejen de visitar este fastuoso espacio lleno de alegría. El museo Rufino Tamayo no pudo elegír mejor época para postrar esta exposición con un dialogo suave y digerible que los distraerá de la crisis y problemas personales. La ironía de Liliana Porter y su exquisito tacto para describir esta linea del tiempo nos demuestra que es una artista plástica de corazón joven que vive esta profesión por seguir jugando con cada una de sus obras.
(No dejen de ver los cortos que presentan en la exposición, son lo mejor de esta)